Saturday, November 29, 2008

Homenaje a Raúl Molina en Photography Art.


Foto: Bernardo Dieguez. Photography - Art.

OBRA CONCLUIDA, A 20 años de la muerte de Raúl Molina.


En el sitio blog del fotógrafo Bernardo Dieguez encontrará una nota introductoria con fotos, además de un enlace a la revista literaria Decir del agua en merecido homenaje al cineasta y poeta Raúl Molina. Su amigo y albacea Amado Cuba prepara la publicación de un volumen con una selección de sus poemas. Para más infomación los invito a visitar PHOTOGRAPHY-ART.

Friday, November 28, 2008

HAVANAFAMA CONVOCATORIA.


Cartel de teatro realizado por Eglish Pérez para el Festival Latinoamericano del Monólogo VII.

Havanafama Theatrical Co. Le invita a participar en el diseño del afiche para el próximo VIII Festival Latinoamericano del Monólogo "Teatro a una Voz" que tomará lugar en Miami, Florida durante el mes de Febrero, 2009.

El objetivo de HAVANAFAMA al presentar este Festival, es brindar la oportunidad a todas aquellas personas interesadas en tener un espacio escénico donde exponer su talento. Por tanto, este Festival no debe considerarse competitivo. De esta forma se le brindará al espectador la oportunidad de apreciar diferentes trabajos escénicos en manos de múltiples actores, directores y escritores de diversas nacionalidades.

Por este medio le ofrecemos la oportunidad para que participe. Si esta de acuerdo, por favor envíe un diseño original de acuerdo con los siguientes parámetros:

Mínimo de 16" x 20" - Máximo de 24" x 30"

Medios: Óleo, Acuarela, Fotografía, Acrílico, Mixto

Diseño: Original

Formato: Digital - jpg - menores de 1.8 mb

Resolución: 150 dpi (se prefiere)

El diseño seleccionado se convertirá en el afiche oficial del VII Festival Latinoamericano del Monologo y la obra tendrá que ser recibida en la cede de Havanafama Theatrical Co. antes del día 26 de Enero 2009, para poder obtener el reconocimiento prometido por la compañía. Todos los derechos del uso del diseño oficial pasaran a ser la propiedad de Havafama Theatrical Co.

Como método de obsequio y reconocimiento de la generosidad del diseño seleccionado, el artista obtendrá 2 pases VIP para cada presentación del VII Festival Latinoamericano del Monólogo, y reconocimiento en todos los medios de comunicación y promoción del festival.

El comité organizador se compromete a seleccionar el diseño ganador.

Havanafama no se responsabiliza por daños de los diseños que se envíen.

Por favor envíe un currículo vital y la foto digital de la obra propuesta a mercy@havanafama.com antes del día: 26 de Enero, 2009. La obra seleccionada será anunciada el 28 de Enero, 2009.



REQUISITOS PARA PARTICIPAR EN EL FESTIVAL DEL MONÓlOGO:

1.- Tema Libre.
2.- Cada monólogo debe tener una duración no menor de 10 minutos ni mayor de 30 minutos.
3.- Presentar una copia del material seleccionado.
4.- Los derechos de autor del monólogo son responsabilidad del participante. Havanafama no se hace responsable por la tramitación o negociación de dichos derechos.
5.- Presentar foto 8X10 (No es obligatorio)
6.- Enviar currículum artístico.
7.- La fecha de entrega para su solicitud de participación será antes del 26 de Enero de 2009.
8.-Se requerirá un depósito de $35.00 dólares el cual será devuelto el día de su presentación.

El objetivo de HAVANAFAMA al presentar este Festival, es brindar la oportunidad a todas aquellas personas interesadas en tener un espacio escénico donde exponer su talento. Por tanto, este Festival no debe considerarse competitivo. De esta forma se le brindará al espectador la oportunidad de apreciar diferentes trabajos escénicos en manos de múltiples actores, directores y escritores de diversas nacionalidades.

Si desea participar en el Festival, por favor comuníquese con nosotros a los teléfonos, 786-319-1716 ó al 305-324-1300, por email a "flm@havanafama.com, en el sitio web del Festival Havanafama o por correos a Havanafama 1165 SW 6th St, Miami, Florida 33130.

Atentamente,
Juan Roca, President.

Monday, November 24, 2008

IV Premio de Teatro Latinoamericano George Woodyard.



Premio de Teatro Latinoamericano.

Me complace anunciar la apertura de la cuarta edición del Premio de Teatro Latinoamericano George Woodyard. Este premio fue creado por Laurietz Seda, con el apoyo del Departamento de Lenguas Clásicas y Modernas y su sección de Español de la Universidad de Connecticut en el año 2005 en honor al Dr. George Woodyard por su incansable dedicación a este género. El Premio tiene el propósito de estimular, apoyar, promover y dar a conocer la creación de obras teatrales de alta calidad por autores latinoamericanos y de US latinos.

Podrán participar del premio aquellas obras en lengua castellana, con absoluta libertad temática, originales, rigurosamente inéditas y no estrenadas.

Podrán participar autores latinoamericanos residentes en su país de origen u otro país.

Podrán participar autores hispanos o de origen hispano residentes en Estados Unidos.

No se aceptarán obras que aún siendo inéditas, hayan recibido premios o menciones en cualquier tipo de concurso.

No se aceptarán obras que hayan participado en las ediciones anteriores de este concurso.

No se aceptarán obras enviadas por correo electrónico.

Las obras deberán estar en papel tamaño carta o A4, escritas a máquina o computadora con un tamaño de letra 12, a doble espacio y de un solo lado de la hoja. No deberán exceder de 50 páginas.

Sólo se aceptará una obra por autor.

Deberán entregarse 4 originales. Cada original deberá presentarse bajo seudónimo. En un sobre cerrado aparte, se incluirán el seudónimo y el título de la obra. Dentro del sobre se incluirá una nota donde se consignarán los datos personales del autor/autora (nombre, dirección, teléfono y correo electrónico), fotocopia del DNI y una declaración firmada garantizando que la obra no ha participado en ediciones anteriores de este Premio, que no se encuentra pendiente de un fallo de otro certamen y que el autor/la autora posee su libre disponibilidad. La declaración firmada deberá incluir además la afirmación de que la obra no viola ninguna propiedad intelectual existente y que no posee ningún tipo de contenido que pudiera dar lugar a una acción o reclamo judicial.

El/La participante asume la total responsabilidad frente a cualquier reclamo que por presunto plagio o cualquier otra reclamación se pudiera llegar a formular en contra de Laurietz Seda, del Departamento de Lenguas Clásicas y Modernas, y de la Universidad de Connecticut.

Se seleccionará un solo premio al que se le otorgarán $2,500 (sujeto a retención de impuestos) más gastos de viaje–ida y vuelta–a la Universidad de Connecticut, gastos de estadía por dos noches y publicación de la obra en Latin American Theatre Review.

El/la ganador/a se compromete a viajar a la Universidad de Connecticut para recibir su premio y presentar una charla/ponencia o taller, según sea requerido por el Departamento de Lenguas Clásicas y Modernas de la Universidad de Connecticut.

El jurado podrá declarar desierto el premio si a su juicio ninguna obra posee calidad para obtenerlo.

La decisión del jurado será inapelable.

No se darán a conocer las obras finalistas como tampoco los comentarios hechos por el jurado sobre las obras participantes.

Las obras no serán devueltas, incluyendo las no premiadas.

La sola presentación de originales a este concurso implica conocimiento y plena aceptación de estas bases en todos sus términos.

Cualquier duda o consulta puede ser dirigida a Laurietz Seda.
email- premiodeteatro@yahoo.com

Los originales podrán enviarse por correo a la siguiente dirección hasta el 15 de abril de 2009 valiendo como comprobante el sello postal:

Dra. Laurietz Seda
IV Premio Teatral George Woodyard
Department of Modern and Classical Languages
University of Connecticut
337 Mansfield Rd, U 1057
Storrs, CT 06269

El fallo del jurado se anunciará el 30 de agosto del 2009 en la siguiente página: Languages También se pueden encontrar allí los fallos de los Premios anteriores.

Thursday, November 20, 2008

El retorno de La Ceci.

"La Ceci" del reconocido dramaturgo cubano Raúl de Cárdenas vuelve al escenario nuyorkino el fin de semana después del día de Acción de Gracias. En la foto Josean Ortiz en su excelente interpretación de Celia Cruz. (haga click para ampliar la imagen)

Monday, November 17, 2008

Adiós al Zorro.


Aventuras de Juan Quinquin, Julito Marínez detrás de Julio García Espinosa.


Julio Martínez nació en Quemado de Güines (Las Villas), llegó a Miami en los años noventa. Julito como todos lo conocíamos protagonizó el filme Aventuras de Juan Quinquin (1967), dirigido por Julio García Espinosa; El bautizo (1968), de Roberto Fandiño; y de Hoy como ayer (1987), dirigida por Constante Rapi Diego y Sergio Véjar; así como de la serie de aventuras El Zorro. También actuó en numerosos programas de televisión y radio, como Alegrías de sobremesa y La Fiesta de los Galanes. Su participación en la televisión local de Miami fue limitada. Recuerdo una entrevista que le realizó Alexis Valdés en los comienzos de Seguro que Yes por América Tevé. Para muchos esta entrevista quedará como el último recuerdo del carismático actor.

Para leer más sobre el actor vaya al blog de Patricia.

Thursday, November 13, 2008

Nuestros Escritores en la Feria del Libro.

En la foto, José Abreu Felippe, José Lorenzo Fuentes y Raúl Chao.


Escritores cubanos exiliados se presentan en la Feria del Libro

Publicado el 11-12-2008
Diario Las Américas

Una noche y dos escenarios fueron suficientes para que varias generaciones de escritores cubanos exiliados deleitaran al numeroso público que colma cada día las instalaciones de la vigésimo quinta Feria Internacional del Libro de Miami que se celebra hasta el domingo 16 en el Campus Wolfson del downtown.

Más temprano a las 6:00 p.m., como ha venido ocurriendo cada jornada de la semana, la atractiva sección de los Pabellones Internacionales inauguraba la sede de un país específico, que en este caso correspondió a España. Hoy miércoles será el día de Sudáfrica y la entrada es gratis y abierta al público.

En el primer grupo de escritores de la isla figuraron curtidos narradores como José Abreu Felipe, que ponía a disposición de los lectores su nueva novela Barrio azul, parte de una pentalogía; mientras Raúl Chao disertaba sobre su novela histórica Contramaestre, donde recrea las andanzas del prócer Carlos Manuel de Céspedes en París. Por último, el legendario José Lorenzo Fuentes celebraba su 80 cumpleaños con la reedición de un libro emblemático Después de la gaviota y compartió con el público emocionantes anécdotas de su vida de escritor y periodista, oficios que desempeña porque, según él, no sabe hacer otra cosa.

Por último la velada se traslado para el Café Bohemio, un sitio de descarga donde los autores, en informal espacio, leen su literatura en un ambiente íntimo y desenfadado. Dos escritores santiagueros, el poeta Carlos Cenzano y la narradora y poeta Odette Alonso, residente en México, leyeron piezas de su más reciente literatura.

Wednesday, November 12, 2008

Monge Rafuls en el teatro del Exilio.



Foto: Mario García Joya. Pedro Monge Rafuls. En la noche del premio.











Foto: Mario García Joya.

Matías Montes Huidobro.



PEDRO MONGE RAFULS

por Matías Montes Huidobro

Quisiera agradecer en primer término a la Fundación René Aríza el privilegio que me otorga una vez más al poder decir unas palabras con motivo del reconocimiento que se les hace anualmente a los escritores que han hecho, ya sea en su capacidad de dramaturgos o de críticos, un aporte significativo a la dramaturgia cubana del exilio. Como en el caso de José A. Escarpanter y Julio Matas me corresponde ahora destacar de una manera somera los valores de la labor realizada por Pedro Monge Rafuls a quien se le otorga el Premio René Ariza de este año.

De una forma panorámica habría que destacar, de un lado, su contribución en el campo de la divulgación de esta dramaturgia internacionalmente, particularmente mediante la labor editorial que ha venido realizando a través de Ollantay, y en segundo lugar su propio trabajo como dramaturgo.

En 1993 comienza la publicación de Ollantay, donde aparecerán obras de autores de diferentes nacionalidades pero que incluirá también autores cubanos de la diáspora, iniciándose con una pieza de Manuel Pereiras García publicada en inglés. Posteriormente, en 1994, Madame Camille, escuela de danza, de Héctor Santiago; en 1995, En este apartamento hay fuego todos los días, de la que es autor; en 1997, Oscuro total de Matías Montes Huidobro; en 2003, El vestido rojo, de José Corrales; en 2006, Algo cayó del cielo, de Hedí Díaz Souza, y La infanta que quiso tener los ojos verdes, de Eduardo Manet; en 2007, Noche de ronda, de su autoría. También Rehenes de José Abreu Felipe, textos de Lorenzo Mans y seguramente algún otro dramaturgo cubano que no he mencionado. Ollantay publica además dos colecciones importantes: Teatro: cinco autores cubanos, donde aparecen Fefu y sus amigas de María Irene Fornés, escrita originalmente en inglés; Las monjas, de Eduardo Manet, que finalmente se publica en su lengua original después de un exitoso recorrido en francés y otros idiomas; Balada de un verano en La Habana, de Héctor Santiago. El otro libro de particular importancia, con prólogo de José Triana, es Manuscrito del tiempo, que incluye piezas de Piñera, Parrado, Ferrer, Estorino, Matas, Montes Huidobro, Triana, Corrales, de Cárdenas, Monge Rafuls, Dorr, Duarte y Cano.

Ollantay ha sido además un importante vehículo crítico para dar a conocer a niveles internacionales el producto de la dramaturgia cubana del exilio con entrevistas y contribuciones de numerosos intelectuales cubanos. Si bien la revista no está dedicada exclusivamente al teatro cubano del exilio, y muchos de sus artículos están escritos en inglés, el hecho de que estos ensayos aparezcan en el contexto más amplio de otras dramaturgias, amplía el marco ya que obliga a que este teatro sea visto como parte de espacios internacionales dentro de los cuales el exilio cubano ha sido sistemáticamente excluido, y otro tanto podría señalarse respecto al idioma. De acuerdo con mi experiencia personal, quizás esta función no haya sido lo suficientemente valorada en Miami, donde la dramaturgia cubana del exilio está sujeta a sufrir heridas por friendly fire, como dicen de forma deliciosamente eufemística la lengua inglesa; pero cuando salimos a la palestra en los contextos internacionales, estamos sujetos a agresiones que pueden ser mortales. Y esto es lo que han hecho Pedro Monge y Ollantay.

Una serie de actividades emergen en torno a la revista, dando lugar a ciclos de conferencias y lecturas dramáticas con el mismo objetivo de divulgación de nuestra escena. Esto incluye un programa de teatro viajero por Nueva York, lecturas de obras que están ya en su vigésimo año de actividad, incluyendo piezas de autores cubanos jóvenes o menos conocidos, como Lourdes Ferré, Sonia Schuzart, José Pérez, Omar Rodríguez, y muchos más. A esto habría que agregar, paneles de escritores correlacionando el teatro con otros géneros literarios, y simposios que llevaron a la publicación del libro Lo que no se ha dicho.

En fecha tan temprana como 1968 tiene lugar en Nueva York, por Teatro Duo, una lectura de La muerte y otras cositas de Pedro Monge Raful, pero no será hasta 1986 que entre más activamente en el movimiento teatral con Cristóbal Colón y otros locos, con una lectura dramatizada en Ollantay Center for the Arts. Al año siguiente, 1987, tiene lugar el estreno de su monólogo En este apartamento hay fuego todos los días, formando parte del Festival de Teatros Hispanos de Nueva York de IATI. De 1989 es su comedia Limonada para el Virrey, de la cual tiene lugar una lectura en el Latin American Theater Ensemble, El Portón, ese mismo año. Solidarios (1989) es finalista del Concurso McDonalds del Puerto Rico Traveling Theater de New York; se estrena en el 1990 en el programa de teatro viajero del Ollantay, seguida de un montaje en el Teatro-Festival de Pregones, New York, 1990. El instante fugitivo se escribe y se estrena en 1989 por Teatro Duo. Easy Money (1989), en español a pesar de su título en inglés, la estrena Ollantay en 1990. Noche de ronda, de 1990, llevada a escena por The Lesbian and Gay Community Center en 1991, fue escrita con el objetivo inmediato de educar a la comunidad hispánica respecto al SIDA; otros montajes, 1992, 2003. En 1994, The TEBA Group de New York, en 1994, llevó a escena Momentos, formada por cinco obras breves: La solución, No hay mal que dure cien años, Soldados somos y a la guerra vamos, Las lágrimas del alma y Consejo a un muchacho que ha empezado a vivir. Recordando a mamá es del 1990 y se estrena en Bogotá en el 2004. La oreja militar, de 1993, se estrena en el 2001 en Buenos Aires, teniendo lugar una lectura dramatizada en Lima en el 2005. Y todo por un cochino pedazo de papel verde, una obra corta, sube a escena en 1998 en New York con motivo del centenario de la Guerra Hispanoamericana. Una cordial discrepancia (1996) fue estrenada en el XLII Congreso del Círculo Panamericano en el 2004; la misma producción fue presentada en el Graduate Center, City University de New York ese mismo año. Pase adelante si quiere es un monólogo que se estrena en el 2006 por Teatro Estudio Internacional, bajo la dirección del autor, producida por Teatro Estudio Internacional; una lectura previa tuvo lugar por el Latin American Theater Ensemble, en 1999. Han tenido lugar lecturas dramáticas de Nadie se va del todo (1991) Las lágrimas del alma (1994), en Los Angeles, en 1997 durante el Festival 97 del Cuban American Cultural Institute; Se ruega puntualidad (1995) en Perú, en el 2005; Madre sólo hay una (1997) en El Porton del Barrio, Julia de Burgos Cultural Center, New York, en el 2004; Simplemente Camila (1999) por Latin American Theater Ensemble (1999) en 1999.

Es obvio que dada la amplitud de su dramaturgia, no me será posible abarcar en esta presentación las múltiples proyecciones de la misma, que paso a resumir del siguiente modo. Cuba es el punto focal de su teatro, sin quedarse por ello limitado al espacio geográfico de la insularidad, sino que se nutre también por el proceso traslaticio de la historia cubana, que sin perder el cordón umbilical con el país de origen mantiene su vigencia en el medio vital de la propia experiencia de Monge, reubicando un identidad y una posición histórica bien definida, en el espacio newyorkino que le toca vivir como consecuencia de la historia.

Sirva de ejemplo Recordando a mamá. Esta breve pieza de Monge Rafuls se desarrolla en una funeraria de Queens, New York, donde se encuentra de cuerpo presente la madre de Alberto, de unos cincuenta años, y Aurelia, más o menos de la misma edad, ambos solteros. Tanto el uno como la otra son dos vidas destruidas, frustradas, que ante el cadáver de la madre reconstruyen las relaciones que sostuvieron con ella y el carácter de la misma, despótica e incapaz de comprenderlos, que establece una relación de amor-odio entre los personajes. Esa falta de unión basada en la discordia familiar, en la “mejor” tradición de la familia cubana en nuestra escena, se extiende a los dos hermanos, que no se llevan muy bien. En este sentido, la obra mantiene una relación de continuidad con elementos caracterizadores de nuestra temática dramática, ajustados ahora a las circunstancias del exilio. Del conjunto de reproches que se hacen unos a otros, emerge la figura de la madre como personaje ausente, y por extensión Cuba, que entra en escena, sin que ella represente una incorporación idílica y simplemente nostálgica, sino una presencia dentro de una crisis dramática que se lleva ahora a escena en el ámbito del exilio, específicamente en Nueva York. El concepto del allá y acá, del antes y el ahora, es el péndulo que determina el desarrollo de la pieza, particularmente con respecto a la madre, que viene a ser el núcleo hacia donde converge la acción. Es también, Cuba. “Lo mismo, siempre la misma obsesión. Cuba, Cuba. Todo lo de Cuba era lo mejor”. (260).

La traslación espacial que representa irse de Cuba da lugar un proceso de distanciamiento donde la memoria y el olvido entran en contrapunto. A medida que nos alejamos, temporal y cronológicamente, la memoria nos fija en el punto de partida, que a su vez está luchando con el olvido. Perdido el objeto de deseo (la Cuba insular) el cordón umbilical que no se corta lo fija al otro extremo (la Cuba trashumante) y lo mantiene obsesivamente en la cabeza. Pero en esta trayectoria, la memoria se fija y se distorsiona, creando una tercera realidad. Además, se crea una memoria regresiva que muchas veces vuelve al punto de partida, y “toda Cuba de ayer” es mejor que cualquier Cuba, como ocurre en la madre, el personaje ausente de Recordando a mamá. Y sin embargo, uno sigue viviendo sin perder la identidad en contextos vitales de los cuales también formamos parte.

Este hecho es factor determinante de la dramaturgia del exilio, con sus consecuencias temáticas y formales, aunque con variantes significativas que distinguen a los dramaturgos que forman parte de ella. Cada uno reconstruye a su modo y manera.

Podría decirse además, que la dramaturgia de Monge funciona dentro de dos discursos. De un lado el de las dos orillas y del otro el discurso homoerótico.

Nadie se va del todo se encuentra entre las piezas más efectivas del tratamiento del antes y el ahora, el allá y el acá al que nos hemos referido previamente, de mucho mayor alcance que recordando a mamá. El acierto está en la conjunción de ambas vertientes espacio-temporales, que no tienen línea divisoria. “La acción en el escenario sucede en el Central Zaza, en Nueva York, en La Habana y en Miami, pero hay un solo plano. Los actores podrán –y deberán- usar la misma escenografía como si fuera un solo lugar. La dirección debe evitar por todos los medios el apagón para cambiar de escena, época o lugar, y en ningún momento debe paralizar ni debe “congelar” a los personajes. Las entradas y salidas las harán de acuerdo al montaje, pero los actores nunca deben detenerse mientras estén en escena sino que tiene que ir creando nuevas posibilidades de acción” (112). Esta idea es excelente y acrecienta el significado metafórico, donde las fronteras de Cuba se borran y forman una unidad física, geográfica e histórica. No hay apagón que separe una acción de la otra; no hay escenografía que separe el espacio insular del continental. Todos los cubanos forman parte de una unidad total y de un tiempo en que todo converge, que es el quehacer histórico nacional. Durante el primer acto, en especial, hay técnicas de acciones paralelas y superpuestas, como es el caso de la que tiene lugar entre la miliciana y Coral, en Cuba, a la que Monge Rafuls opone la del empleado de inmigración y Lula, en los Estados Unidos. Esto acrecienta la conciencia de los dos espacios, que sin embargo no contradicen la del espacio unificador. Los cambios lejos de fragmentar el desarrollo lo unifican de acuerdo con el objetivo del autor, que parece querernos decir que a pesar del acontecer histórico Cuba es una sola. Tenemos una vivencia histórica que nos ha separado pero que no nos ha dividido en lo esencial, que es el mensaje positivo del texto.

En cuanto a discurso homoerótico, la importancia que tiene Otra historia reside en que los planteamientos relativos a la bisexualidad del protagonista, que no se limita a la triangularidad de las relaciones personales, sino que se complica dentro de otros componentes culturales. A un primer nivel, las relaciones de los personajes no difieren en mucho de un triángulo amoroso tradicional. José Luis y Marina sostienen una relación de carácter permanente, caracterizada por el apasionamiento que sienten el uno por el otro. Hay un enfriamiento en la misma que y Marina sospecha que José Luis la engaña, cosa que es efectivamente cierto. Lo que ocurre es que José Luis engaña a Marina con un hombre. Se trata, por lo tanto, de un triángulo de eros común y corriente, salvo por el hecho de la sexualidad de los participantes, que Monge desarrolla con eficacia. Ahora bien, la presencia del Padrino en la obra, que es santero y firme creyente en los poderes de los dioses yoruba, va a ser el agente de la metafísica afrocubana, cuyas normas del discurso masculino traiciona José Luis, creando una crisis trascendente que va a darle a la obra una complejidad de choque cultural y de metafísica de la conducta ritual, que de no estar presente limitaría los planos de la acción dramática. Con el propósito de permear el discurso de la sexualidad de un nivel último, Monge mantiene el personaje del Padrino en escena todo el tiempo, tirando los Caracoles y tratando de descifrar un enigma que va contra los códigos de la sexualidad afro-cubana según él los interpreta. La ritualización eleva la obra hacia un plano omnisciente, porque aunque el Padrino no siempre puede leer debidamente el lenguaje de los caracoles, los caracoles en sí mismo sí saben. Esto quiere decir que se está estableciendo un diálogo inconcluso a todo lo largo de la obra, y que los caracoles, una variante del destino, son factores determinantes que intervienen en el de los personajes, cuyo libre albedrío es relativo. El conflicto de carne y hueso se eleva dentro de un ritualismo escénico que marca la acción.

    “los orishas Elegguá, Changó, Yemayá y Oshun llenan de magia el ambiente. Estarán recibiendo a los asistentes y se mezclarán con ellos, en el vestíbulo del teatro, antes que entren a la sala. Despojan a algunos individuos del público con hierbas y/o pañuelos [...] Además, un músico tocando una conga o un tambor juega con la presencia de los orishas y ameniza con cantos a Elegguá --el que abre los caminos-- u otro orisha, en determinados momentos” (51).

Estos orishas no son visibles para los personajes, pero sí lo son para el público, formando parte del “espectáculo” teatral. Monge aprovecha debidamente las posibilidades de la afrocubanía a dos niveles, uno externo, teatralmente llamativo, y otro interno, asociado con el conflicto personal, ético y telúrico, de los personajes. Por ese motivo los “orichas” deambulan libremente entre el público y los personajes, porque no están restringidos a las limitaciones del espacio “real”. Aunque los personajes “reales” se mueven de un espacio a otro con similar libertad, la mundología mágica tiene una movilidad de una naturaleza de “más allá” que imprime un sello importante a la obra, que da ilimitadas posibilidades para una buena puesta en escena y que la convierte en una pieza clave de la dramaturgia cubana del exilio.

Desde hace muchos años, exactamente desde 1973, cuando publico Persona: vida y máscara en el teatro cubano, donde proclamé empíricamente y no metafóricamente la unidad del teatro cubano a través del análisis crítico sin exclusiones basadas en insularidad y exilio, en un momento en que tales cosas no se hacían ni aquí ni en el otro lado, e inicio una larga jornada de más de cuatro décadas a favor de piezas sistemáticamente excluidas de nuestros escenarios, comenzando con La crónica y el suceso de Julio Matas, a la que le dedico el primero y más extenso ensayo escrito sobre el texto y que amplifico recientemente en el primer volumen de Cuba detrás del telón, destacando la importancia de que se lleve a escena; después, desde Hawai, con Yara, a través de Editorial Persona y Dramaturgos, con la publicación de Las hetairas habaneras de Corrales y Pereiras, y Recuerdos de familia de Raúl de Cárdenas, y en Anales literarios de la revista, en 1995, donde aparece Un vals de Chopin de Corrales; más tarde en conferencias y artículos donde persisto en la importancia de piezas como Cuestión de santidad también de Corrales y El pasatiempo nacional de Raúl de Cárdenas, todas ellas sin estrenar, y en la recientemente publicada Enciclopedia del Español en los Estados Unidos, donde incluyo otros títulos, voy configurando una antología de nuestro mejor teatro trashumante y un listado de obras que, deberían ser objeto de un montaje a la altura de las mismas y configurar un repertorio en vivo, entre las cuales Otra historia de Pedro Monge Rafuls ocuparía un lugar prominente. Ya en el año 2000, en Arizona State University, discutí las virtudes dramáticas de esta pieza en una plenaria que me permitió un análisis más minucioso del mismo. Sirva este homenaje que le rinde el Instituto Cultural René Ariza, que desde hace años ha contribuido a un mejor conocimiento de nuestro teatro, como una pauta que señala el mejor camino en una trayectoria donde Pedro Monge Rafuls ocupa un lugar prominente, y cuya obra reconoce esta noche el Instituto René Ariza.

Monday, November 10, 2008

Noche del Premio René Ariza.


Foto. Mario García Joya. Pedro Monge Rafuls En el Cuban Heritage Collection. La noche del Premio René Ariza.



Fotos: Mario García Joya.


Olga Connor
Publicado en el Nuevo Herald.
Noviembre 11, 2008.

HOMENAJE DE ICRA A PEDRO MONGE RAFULS

Un homenaje muy merecido del Instituto Cultural René Ariza (ICRA) recibió el dramaturgo Pedro Monge Rafuls, que se llevó a cabo en la Colección de la Herencia Cubana de la Biblioteca de la Universidad de Miami el jueves pasado. Después de la bienvenida de Esperanza B. de Varona, directora de la Colección, Lesbia Orta Varona, su bibliógrafa, presentó a los participantes del acto: Yvonne López Arenal, presidenta del ICRA, el escritor Matías Montes Huidobro y Luis de la Paz, quien presentó la placa conmemorativa.

Orta Varona explicó el alcance de la colección de teatro cubano que tienen en sus archivos. Montes Huidobro se refirió en primer lugar a la labor de divulgación que ha realizado desde 1993 Monge Rafuls, con la publicación de Ollantay, revista que incluye a autores de la diáspora y de otras nacionalidades. Además, analizó su trabajo como dramaturgo, que incluye, entre muchas obras, En este apartamento hay fuego todos los días, de 1987; Limonada para el Virrey, de 1989, y Noche de ronda, de 1990. Varias se han publicado, y el presentador reseñó algunas, como Recordando a mamá, que cae dentro del discurso ''de las dos orillas'' de este autor; según Montes Huidobro, el otro sería ''el discurso homoerótico'', al que pertenece la obra Otra historia. Monge Rafuls agradeció el acto con sentidas palabras.

Sunday, November 9, 2008

Abreu Felippe en la Feria del Libro.


Foto: cortesía de Eva M. Vergara

José Abreu Felippe se presenta en la Feria del Libro el martes 11 de noviembre a las 6 p.m. junto a José Lorenzo Fuentes y Raúl Chao. Edificio 2, Room 2106.

Barrio azul un vínculo con el pasado a través de la nostalgia
By MARU ANTUÑANO

Publicado el domingo 09 de noviembre del 2008.
NUEVO HERALD.

Confieso que no soy una lectora de la literatura cubana actual. La que conozco es la del siglo XIX y hasta mediados del XX, es decir, la de antes de la revolución. Sin embargo, siempre hay excepciones. Barrio azul (Editorial Silueta, 2008) es una de ellas, del mismo autor del libro Cuentos mortales (Ediciones Universal, 2003) que tambien leí. Dos lecturas totalmente diferentes, salidas de la misma pluma. Dos lecturas en las que el recuerdo, de haber algo en común, sería el único vínculo.

Cuando empecé el libro no sabía qué esperar, pero su título me gustaba. Es un título a caballo entre lo real y lo soñado. Sin embargo, es el nombre auténtico de un barrio, pero podría no haberlo sido. En el Caribe se suceden las historias, --los nombres de los barrios y los nombres de las gentes-- de una manera distinta. Los cuentos más reales parecen inventados, parecen salidos de la pluma de un escritor fantasioso y sin embargo, así fue que ocurrieron.

Barrio azul es un personaje más en la novela más reciente de José Abreu Felippe, igual que lo son ELLA, Tavi, Liriano, Félix, Concha y Dago, igual que lo es la muerte o los doce ahorcados que deambulan entre las fantasías y el terror de un niño y la loma de la iglesia que se ve desde su ventana. Las veladas referencias históricas de algunos sucesos, al lector menos avezado, pueden pasársele por alto. Pero es que tampoco hace falta ser un experto o siquiera conocer la historia cubana para disfrutar la novela. Tavi, su personaje central, se ocupa de ello. Aunque es la historia de un barrio, de una familia, vista desde el punto de vista de un niño, a veces no es el lenguaje del niño. Barrio azul tiene muchos niveles de lectura y cada lector puede acomodarse en el que más le plazca. Las referencias literarias, que se intercalan en la novela dan cuenta de ello. Sus localismos al contrario de limitarla la vuelven universal. Porque es universal la aventura y el misterio, los sueños y la infancia. Pero es que la novela de Abreu Felippe va más allá, ya que todas las voces narrativas contribuyen a crear una historia que va y viene de lo real a lo fantástico sin sensiblerías ni amaneramientos.

Yo no sé si hoy los niños tienen la misma fantasía o la que tienen está teñida de videojuegos y de una violencia más real que imaginaria. La infancia de los niños de barrio, de los niños de antes, con sus charcos y su fango, con juguetes inventados o hechos en casa, con sus fantasmas y su magia, con maldades y travesuras, la infancia de cocotazos, de amigos amigos, es la infancia de Barrio Azul. Sin apenas darse cuenta el lector ve que la vida pasa, que el niño va creciendo, en este punto, ese lector ya se ha hecho cómplice irredento de la historia.

Con un coro de voces narativas en la que sobresale la de Tavi, la novela viene y va en stacatto por la literatura cubana, por los poemas de Machado y de José Martí, por boleros como Obsesión (Pedro Flores), todo paralelo a las canciones infantiles, a los rezos, a las procesiones. Paralelo a la ternura pero también a la soledad de un niño.

Como señala la cubierta del libro: ``Su gran acierto es que la voz del personaje principal es la de un ser muy joven y, simultáneamente, la de una criatura intemporal. Una criatura que a pesar de su inocencia nos habla con la convicción de quien sabe que los seres amados son una especie de regalo efímero y que la palabra es la única manera de hacerlo perdurable".

José Abreu Felippe nació en La Habana en 1947 y se exilió en 1983. Vivió en Madrid y actualmente reside en Miami. Es poeta, dramaturgo y narrador. Entre lsus libros publicados se encuentran tres de poesía (Orestes de noche, 1985; Cantos y elegías, 1992 y El tiempo afuera, Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero 2000), y las obras de teatro Amar así, 1988; Teatro, 1998 y Rehenes, 2003.

Barrio Azul forma parte de una pentalogía de la que ya se han publicado Sabanalamar (2002), Siempre la lluvia (1994), y Dile adiós a la Virgen (2003).•

Saturday, November 8, 2008

Eduardo G. Noguer Hostal.



Falleció Eduardo G. Noguer Hostal. Nació en San José de las Lajas, La Habana, Cuba. Escritor y periodista, que logró premios de poesía en Miami, Puerto Rico y Perú. Fue incluído en el diccionario biográfico de Poetas Cubanos del Exilio. Su obra aparece en varias antologías. De 1989 al 2000 trabajó en la revista Cartel hoy Carteles.


Su amor por el cine lo llevó a recopilar valiosos materiales relacionados con el cine cubano desde 1897 - 1998. Culminando en la publicación del libro titulado HISTORIA DEL CINE CUBANO Cien años 1897-1998. La más completa iconografía publicada que conozco sobre cine cubano.


Noguer realizó dos ediciones, la primera, de 1999, fue publicada por Libreria Impresión Corporation en Miami, y la segunda, revisada y ampliada en 2002, publicada por Ediciones Universal, también en Miami.

Escribió Noguer en el prólogo de ambas ediciones:

"Con la edición de este libro, no pretendo enjuiciar ni alabar etapa alguna del cine cubano, ya que cada una res[ponde a determinada época, enmarcadas éstas por disímiles acontecimientos sociales, políticos y ecónomicos. Sólo expongo, de la forma más compremsiva para el elctor, hechos, artistas y muchas de las obras realizadas en el país durante cien largos años. Es a la vez, reconocimiento a todos aquellos que han aportado su arte y saber al cine cubano, así como humilde homenaje a la cinematografía mundial."


Los invito a leer el artículo de Rodolfo Martínez Sotomayor con motivo del lanzamiento de la primera edición del libro Cien años de cine cubano de Eduardo Noguer que apareció en la revista Carteles en el 2000.

Carteles Año XI. No. VI. 2000

Haga Click Para ampliarlo.

Presentación del n. 50 de la revista Encuentro.


"Encuentro" en el Centro Cultural Español de Coral Gables / Panel: Antonio José Ponte, Pablo Díaz, Paquito D'Rivera, Gustavo Pérez-Firmat y Roberto González Echevarría.


Los invito a visitar TuMiamiblog y leer la reseña de Rosie Inguanzo.

Thursday, November 6, 2008

Lunáticas Paris.


Fábrica de Tabacos de Padilla.

LA OTRA MEJILLA de Belkis Cuza Malé

Ediciones ZV Lunáticas Paris
Padilla Cigars / Linden Lane Magazine y La Casa Azul.

lo invitan a la presentación, lectura y firma del libro de poemas.

Fábrica de Tabacos Padilla
1501 SW 8 th St. Miami, Fl 33135
(Frente al Parque del Dominó)



PRECIOSA Y EL AIRE. FILME DE RICARDO VEGA.

UNZUETA GALLERY.

PRECIOSA Y EL AIRE. Noviembre 6, 2008
A film by Ricardo Vega,
Produced by Zoe Valdés and Gustavo Valdés


LA FICCIÓN FIDEL.
editorial Rayo/Harper Collins
Saturday November 15, 2008 at 7:00 pm

Unzueta Gallery
1607 s.w 8 street,miami,fl 33135
tél-305 788-5250

ZOÉ en la FERIA DEL LIBRO.



El día 8 de noviembre a las 21:00 se presentará el libro de Santiago Martín, Calentando el bate, Ediciones ZV Lunáticas, en la librería Books and Books de Coral Gables: 265, Aragón Avenue, Coral Gables.

Para más información visite a Zoé.

Wednesday, November 5, 2008

Pedro en el Diario.



Premio ICRA a Pedro Monge Rafuls.

Por Luis de la Paz
Diario las Americas.
Publicado el 11-05-2008


Desde su fundación hace tres años, el Instituto Cultural René Ariza (ICRA) tiene como misión fundamental la difusión y promoción de los valores artísticos de los cubanos desterrados, preocupándose por resaltar la labor de quienes han contribuido de manera excepcional a auspiciar las artes cubanas fuera de la isla. Para ello ha instituido el Premio René Ariza, que ya le ha sido entregado a José A. Escarpanter, Matías Montes Huidobro, Julio Matas y Nena Acevedo, recayendo este año el reconocimiento en el dramaturgo y editor Pedro R. Monge Rafuls.

“En reunión de la directiva del ICRA se propuso y se aprobó por unanimidad la entrega del Premio René Ariza 2008 al dramaturgo y editor de la revista Ollantay, Pedro R. Monge Rafuls”, expresó la actriz y dramaturga Yvonne López Arenal, directora del ICRA; añadiendo: “La directiva valoró la contribución del premiado al teatro cubano tanto como autor de notables obras, que como estudioso y editor”. La entrega del premio se realizará el jueves 6 de noviembre, a las 6 de la tarde, en la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami.

En reciente entrevista en el blog del ICRA, Monge Rafuls dijo: “Recibir el premio de una organización como ésta, es un honor, y me siento muy contento”; agregando que: “El ICRA está constituido por una asociación de artistas con visión futurista y el resultado es extraordinario. Lo que ustedes están haciendo a través de las lecturas dramatizadas y la premiación a figuras que hacen posible el teatro, es un esfuerzo único, nunca hecho en estos cincuenta años”.

El galardonando es fundador y director de la revista Ollantay Theater Magazine, publicación bilingüe especializada en el estudio y difusión del teatro latino en los Estados Unidos, así como también del teatro latinoamericano. Como dramaturgo tiene una extensa obra en varios estilos teatrales, que van desde la comedia, la comedia de humor negro y el drama. No se ha detenido en un solo tema, aunque tiene una preocupación especial por la situación que genera la inmigración de los latinoamericanos y la de los marginales en una urbe fastuosa como Nueva York, ciudad donde reside. Su teatro busca la relación directa entre las técnicas tradicionales y las nuevas que incluyen la imagen y los efectos visuales no-teatrales.

Algunas de sus obras más conocidas son Nadie se va del todo, Noche de ronda y Recordando a mamá. Es también autor del monólogo Trash, escrito originalmente en inglés, el cual se encuentra en el repertorio del acreditado grupo londinense Escape Artists, en Cambridge. Su personal contribución al desarrollo y promoción del teatro latino en Estados Unidos, lo ha hecho merecedor de importantes reconocimientos, siendo el Premio René Ariza su más reciente galardón.

El Premio René Ariza 2008 se entregará en un acto público el jueves 6 de noviembre, a las 6 de la tarde, en la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, 1300 Memorial Drive, Coral Gables, que contará con la presencia del galardonado y una valoración del teatro de Monge Rafuls por el escritor, profesor y ensayista Matías Montes Huidobro. Más información en ICReneAriza@aol.com.

Programa.

Cuban Heritage Collection

Roberto C. Goizueta Pavilion

Presentación del Premio René Ariza al dramaturgo Pedro Monge Rafuls

Bienvenida : Esperanza B. de Varona,
Titular, Cátedra Esperanza Bravo de Varona

Presentación de los participantes : Lesbia Orta Varona,
Bibliotecaria y bibliógrafa, Cuban Heritage Collection

Palabras a nombre del Instituto Cultural René Ariza
Yvonne López-Arenal, Presidenta

Pedro Monge Rafuls : su obra dramática
Matías Montes Huidobro, Profesor Emérito
Universidad de Hawai

Presentación de la placa conmemorativa
Luis de la Paz

Palabras : Pedro Monge Rafuls

Clausura : Esperanza B. de Varona

Brindis.

Jueves 6 de noviembre de 2008
6 p.m.

Otto G. Richter Library
1300 Memorial Drive, Coral Gables
305-284-3233

Saturday, November 1, 2008

Premio René Ariza para Pedro Monge Rafuls.


Entrevista a Pedro Monge Rafuls.

Por Yvonne López Arenal.
Octubre 24 de 2008.


En el año 1995 conocí a Pedro Monge Rafuls. Me lo presentó Rine Leal. Por aquella época trabajaban juntos en un interesante proyecto, la antología "Teatro : 5 autores cubanos." Mi admiración por su trabajo y su dedicación constante al teatro me han hecho mantener, durante todos estos años, el interés renovado por conocer tanto su obra dramática, como su labor como promotor de arte y editor de la excelente revista literaria Ollantay Theater Magazine. Le agradecemos a Monge Rafuls el haber incitado la motivación que nos condujo a crear el Instituto Cultural René Ariza. Esta institución, dedica hoy gran parte de sus esfuerzos a promover la dramaturgia cubana producida fuera de la Isla, además de otorgar el Premio René Ariza a intelectuales y artistas que han dejado una importante huella en nuestra cultura.

¿Cuándo y cómo empezaste en el teatro?

No recuerdo quien dijo---creo que fue García Márquez--- que el artista es un creador cuando cree en el destino y no en la casualidad; pues, miremos mi trayectoria. Comencé en el teatro porque el destino me fue guiando al teatro, a escribirlo, a amarlo. Yo salí de Cuba recién cumplido dieciocho años, y nunca había visto teatro. Llegué al seminario católico de Tegucigalpa, me enviaron a estudiar allí, después de haber vivido poco más de un año en Miami, y, en Tegu vi mi primera obra de teatro. Fue por un acto de solidaridad nada planeado: éramos pocos cubanos en Tegucigalpa y uno de ellos hacía un teatro amateur, pues era sacristán en una iglesia donde montaba la Pasión durante la Semana Santa. Los cubanos residentes en Tegu asistíamos para solidarizarnos. Fui a dos montajes del teatro clásico por aquel cubano y la verdad que no me gustó. Luego, pasé a vivir a Medellín, Colombia. Yo tendría veintidós años y, embullado por un compañero de estudios, fui a ver un par de zarzuelas, pues en aquella ciudad se realizaban unas magníficas temporadas de este género lírico. Me gustó mucho. Encendió mi imaginación. Alrededor de 1970, viviendo en Chicago, conocí a un grupo de teatreros exiliados, que se pasaban lamentándose por lo que habían perdido; yo comencé a animarlos para que hicieran teatro. Fundamos un grupo que se llamó El Círculo Teatral de Chicago, el cual se convirtió en el primer grupo de teatro hispano en el Medio Oeste. Nuevamente me trasladé a otra ciudad, esta vez Nueva York, junto con Londres, la capital mundial del teatro. Pronto estaba asistiendo frecuentemente al teatro de Broadway y Off-Broadway, leyendo toda obra que me caía en las manos... comencé a producirlo. Fundé el OLLANTAY Center for the Arts en 1977 y uno de los programas que se me ocurrió fue el de un taller de dramaturgia. El propósito era (sigue siendo) el de crear escritores con la técnica de escritura apropiada. Para ello, logré algunos fondos del estado y de la ciudad y comencé a invitar a importantes dramaturgos latinoamericanos para que vinieran a New York a dictar el taller. El primero fue el mexicano Hugo Argüelles---el maestro del humor negro. Hugo vino y yo le enseñé dos obras que había escrito sin decirle que eran mías---¡me dio pena!--- Hugo gustó mucho de ellas y quiso conocer al autor. Fue cuando me identifiqué… Hugo comenzó a insistirme en que debían ser montadas y el resultado fue que en 1987---por eso digo que soy un autor joven, jejejeje---se estrenó En este apartamento hay fuego todos los días, un monólogo. El resto fue dejarme llevar por el destino y por las imágenes que me dan ideas para escribir las obras… ¡Mira, aquí me tienes!: trabajando para difundir el teatro latinoamericano y particularmente, el cubano. Escribiéndolo y sobre todo, disfrutando mucho del buen espectáculo teatral, cada vez que puedo.

Eres uno de los primeros en trabajar para que el teatro cubano del exilio sea reconocido, más allá de sus fronteras y en algunos casos del idioma. ¿Cuál fue tu motivación para trabajar en ese proceso?

Antes que nada, ese amor por el teatro que te mencioné, al mismo tiempo, el interés específico por lo que hacemos fuera de la Isla y que no se conoce por la indiferencia de los teatristas y el público cubanos. Me di cuenta que este es un quehacer artístico que ha sufrido el bloqueo por elementos reaccionarios de la mal llamada izquierda y de los “liberales” europeos, latinoamericanos y angloamericanos. Es una manifestación que han tratado de opacar. Ocultamiento que incluso, muy lamentablemente, apoyan algunos exiliados cuando lo ignoran, cuando no investigan quiénes somos sus autores y qué y cómo escribimos.

¿Se puede hablar de una historia teatral en el exilio actual?

Sí, claro, aunque es una historia desconocida. Nunca nadie---que yo sepa---la ha escrito. Comienza desde el principio del exilio. En 1962, en Miami. Déjame hacer un paréntesis para decir que el exilio de la década de los sesenta no tenía nada que ver con el de ahora. El de entonces era olvidarse de Cuba y de la gente que permanecía atrás; el contacto era escaso, raro y además, peligroso para los que se quedaban. Por lo tanto, la añoranza y el dolor de la separación eran enormes, sin comunicación, sin esperanzas de volver a verse. Miami no era la ciudad que es ahora. La inmensa mayoría estábamos apiñados, unidos en un ambiente de tragedia en esa ciudad. Los niños del Programa Peter Pan. Los que se aventuraban a dejar la nueva tierra, cercana a Cuba, para otras localidades más al norte, se percibían como otra perdida; eran como los exploradores, los que no iban a regresar jamás. En medio de toda aquella tragedia nada teatral surgió el teatro, junto a la alegría del cubano. En algún momento de 1962, un grupo de aquellos artistas conocidos en la Isla, concibieron la idea de una revista musical que se llamó Añorada Cuba. Si mal no recuerdo, Rosendo Rossell era uno de los que estaba detrás de aquella idea. La cuestión es que Añorada Cuba fue un éxito porque a través de su música, toda de añoranza, se estaba cerca de lo que se había abandonado. Nadie tenía dinero---bueno, ahora con esta crisis económica, tampoco hay dinero---, pero la gente llenaba el teatro, el auditórium que está en Flagler y que entonces era casi nuevo. Ese fue el comienzo del teatro del exilio, ya que en la revista se incluía un sketch cómico sobre la situación que teníamos: pendientes de lo que sucedía en la Patria, preocupados por una carta o comunicación que no llegaba, mientras nos tratábamos de adaptar a la nueva sociedad, sin hablar inglés, etc. Nos hacía reír con nuestra tragedia. Este inicio de la corriente exiliada del teatro cubano, siguiendo el estilo del teatro bufo/vernáculo fue muy rudimentario. El sketch era Hamburguers y sirenazos, de Pedro Román. La obra fue el principio del único movimiento teatral que hemos tenido en el exilio. Pronto comenzaron a presentarse obras muy parecidas, populares, explotando el chiste de doble sentido y coristas, en un teatro que estaba en la calle 8, que me parece que hoy no existe. Este movimiento creció con mucha vitalidad; hubo varios espacios y figuras que eran conocidas y queridas por la comunidad, que los respaldaba masivamente. Duró hasta los ochenta, aunque quedó un vestigio con Roblán y otros. Lo clasifico como un movimiento porque estas actividades tenían un propósito: hacer teatro cubano exiliado basado en nuestras vivencias. Era un teatro simplista, pero era un movimiento y nunca hemos vuelto a tener otro.

Mientras en Miami se hacía este teatro, que respondía a nuestra idiosincrasia popular; en Nueva York teníamos a Manuel Martín que estaba haciendo teatro en inglés, con honda preocupación cubana. Manuel Martín fue uno de los dramaturgos más importantes y experimentales del teatro neoyorquino de los sesenta y setenta. Sus montajes eran reconocidos por el New York Times y por el mundo teatral Off-Broadway. Fue Manuel el que concibió la idea de crear una nueva dramaturgia latina en New York, comenzando con un musical, precisamente de tu tío, Humberto Arenal, que entonces vivía en la ciudad. Manuel, junto a Magali Alabau, fundó el Teatro DUO con mucho esfuerzo; en ese entonces ni se soñaba con obtener ayuda pública o privada. Con ese teatro le dieron oportunidad a un sin número de autores cubanos y latinoamericanos, residentes en New York, sin despreocuparse de la dramaturgia de la Isla. Para darnos cuenta de los esfuerzos con que fundaron al DUO, recomiendo la entrevista que le hizo Jesús Barquet a Manuel, que aparece en el número de OLLANTAY dedicado a Martín y a Corrales por el que esto cuenta (OLLANTAY Theater Magazine, Vol. XI No. 21, 2003). Por otro lado, en esa época se exilia en Nueva York Eric Santamaría, un director reconocido en La Habana, donde había dirigido una versión de La ramera respetuosa de Jean Paul Sartre, con la presencia del autor; puesta que, según me han contado, levantó encontrados comentarios. Santamaría abre un instituto de actuación, algo nuevo en el ambiente latino neoyorquino, del cual surgieron una cantidad de actores latinos y cubanos. Más o menos en el mismo tiempo, Miním Bujones, la gran actriz del radio, la televisión y el teatro, exiliada en Miami, daba clases de actuación en algunas escuelas miamenses.

En New York, surge el Centro Cultural Cubano, organizado por un grupo numeroso de artistas de todas las ramas de las artes. Pronto obtienen una sede, orgullo de los cubanos de New York y New Jersey, y de todos los artistas. Comienzan a realizar exposiciones, conferencias, encuentros, en fin, de todo, incluyendo, por primera vez, una programación de teatro cubano. Sin embargo, tenemos que estar conscientes de que sólo montaban obras de los autores de la Isla. Es que salvo lo que hacía Manuel Martín, con muy escasos recursos, no existía teatro escrito por autores locales y el que se escribía no llamaba la atención de los directores/productores. Algunos importantes directores de la escena habanera, residentes en New York, nunca montaron obras de exiliados, salvo unas tres o cuatro excepciones por cada uno de ellos. Este fenómeno de los directores cubanos, residentes en los Estados Unidos, ignorando el teatro exiliado ha sido un mal continuo que, hasta el momento, ha impedido la creación y crecimiento de un segundo movimiento de nuestro teatro fuera de la Isla. Sin embargo, son esos directores/productores los que se han perdido la oportunidad de pasar a la posteridad artística nacional como visionarios y creadores de un movimiento distinto. Se han limitado a montar obras que muchos han presentado antes, pero no han descubierto autores, obras, estilos, etc. No se han atrevido a ir más allá.

Esperemos que esos nuevos grupos que aparecen actualmente, en New York o Miami, con parecida trayectoria, sean capaces de encontrar las ventajas, hasta para ellos, como descubridores; de crear en lugar de presentar.

Volvamos al Centro Cultural Cubano de New York. En esa misma década de los setenta comienza a darle oportunidad a los talentos de los dramaturgos exiliados que se movían alrededor del Centro, cuyas primeras obras eran adaptaciones del teatro popular habanero y de reconocidos autores universales modernos. Estos libretistas dirigían sus trabajos y contaban con la entusiasta colaboración de actores, pintores, etc., en sus producciones. Una de las primeras fue Gusanos, una adaptación de Mort Sans Sepulture de J. P. Sastre, hecha por Eduardo Corbé, Clara Hernández y Orestes Matachena, con una magnífica puesta de Eduardo Corbé, que aún está en mi memoria. Pronto, Iván Acosta escribe y monta El súper, el comienzo de una dramaturgia de tema exiliado enraizado con el teatro vernáculo, al estilo de Contigo pan y cebolla, de Héctor Quintero.

Casi al mismo tiempo que se estrena El súper, Manuel Martín escribe en inglés, como siempre hacía, y presenta con mucho reconocimiento de crítica en inglés y español, su Union City Thanksgiving, que representa a una familia cubana luchando por adaptarse a la sociedad angloamericana. El súper era la interrelación con los otros inmigrantes latinos. Ya en ese momento, existía en New York un ambiente de solidaridad de público, actores y otros artistas a lo que se escribe, pinta o esculpe fuera de Cuba.

La historia teatral de esos tiempos está llena de situaciones que hablan de esa solidaridad; un solo ejemplo trata sobre el famoso Festival Latino que producía Joseph Papp, dirigido por el argentino Oscar Ciccone, integrado al movimiento de simpatía y apoyo al castrosocialismo. Situación que lo inclinaba a mirar desdeñosamente todas las manifestaciones exiliadas. Un grupo de teatristas le dirigió una carta abierta y otros nos reunimos, en San Antonio, TX., con Ciccone durante el National Hispanic Conference, auspiciado por la Rockefeller Foundation en 1986. El resultado fue que se vio obligado a presentar Alguna cosita que alivie el sufrir de René Alomá.

Toda esta actividad decayó enormemente con la pérdida del Centro Cultural Cubano, por las divisiones causadas por los intereses de su directiva.

A INTAR hay que reconocerle el hecho de haber aceptado la proposición de María Irene Fornés de fundar un taller de dramaturgia; taller del cual salieron escritores latinos, algunos muy importantes. Entre los cubanos, tenemos a Lorenzo Mans, Eduardo Machado, Alina Troyano (Carmelita Tropicana), Nilo Cruz y más. Además, otros como Manuel Martín pudieron perfeccionar su escritura.

Muchas son las personas que han dedicado su tiempo y sus esfuerzos por hacer conocer este teatro nuestro. Tú misma, con el Grupo Avellaneda en Los Ángeles, acometiste la reposición, por primera vez, de El súper y, luego, trabajando en el Cuban American Culture Institute, junto a los miembros de esa agrupación, resaltaste la labor de los que hacemos teatro fuera de Cuba, de los artistas visuales, músicos, etc.

Queda claro que sí hay una historia; la de un grupo de cubanos, que en forma individual y/o colectiva, se han esforzado con la única intención de difundir y conservar la dramaturgia exiliada para el disfrute de la generación presente y de las futuras; pero ¡cuidado, que no todo lo que brilla es oro!, nunca confundir a esos que han trabajado desinteresadamente por divulgar este teatro con los que han perseguido el único interés de difundir sus obras personales. Son dos cosas que no podemos igualar.

¿Actualmente, se está haciendo lo suficiente para divulgar la labor artística que se realiza fuera de Cuba?

Lamentablemente ¡no! Pensemos en los hombres (y mujeres) de negocios cubanos: no se preocupan de auspiciar las artes. Tengamos en cuenta a muchos artistas e intelectuales que no se preocupan en investigar y apreciar lo que se hace fuera de la Isla. Analicemos a todos esos que consideran que nuestro arte debe estar acuñado en la Isla para ser aceptado. Yo me quedo frío cuando veo los honores que le rinden a ciertos escritores o artistas que viven allá y que nos visitan. Esos mismos que honran a los isleños, ignoran a los que están trabajando entre ellos. Un solo ejemplo es el de dos poetisas (algunos dicen poetas mujeres). La cosa es que Magalis Alabau, residente en New Jersey, visitaba Miami al mismo tiempo que una escritora de la Isla, cuya calidad creativa y estilística sufre al compararse con el talento de Alabau. Magalis pasó inadvertida en Miami, mientras a la isleña le rindieron honores, no tan bien merecidos. La ignorancia de nosotros mismos sobre nosotros mismos es espeluznante.

Los escasos directores/productores del teatro no se preocupan en encontrar, analizar y llevar a escenas nuestras obras. Claro que, como dije, los que se están perjudicando son ellos mismos, están perdiendo la oportunidad de realizar una labor artística que repercuta hasta en sus biografías. Esos directores y productores no han tenido la capacidad y visión de crear una tendencia, cuando tuvieron el momento para hacerlo. Los que viven y aún pueden hacer un movimiento, pero han seleccionado no crear, sino presentar la dramaturgia de los conocidos en la Isla, se verán en la misma situación de los que lamentablemente ya se fueron, o a los que viven, pero perdieron sus espacios y el poder de hacer teatro, no van a quedar ni en los libros ni en nuestra memoria teatral, pues no dejaron nada creativo, distinto. Perdieron sus tiempos y posibles talentos.

En la academia el fenómeno no está en una mejor situación. Mientras los chicanos y los nuyoricans cuentan con varias tesis por graduados de las universidades, los profesores cubanos no han favorecido, hasta el momento, que los estudiantes se gradúen trabajando en nuestros dramaturgos. El resultado es que, con contadísimas excepciones, no hay tesis sobre los dramaturgos que escriben fuera de Cuba. Si existe alguna perdida por ahí---creo que no las hay---, se cuentan con los dedos de una mano, como dicen, y sobran dedos. Puede ser consecuencia de que ningún profesor, que yo sepa, enseña el teatro de nuestros dramaturgos en sus cursos. Una excepción---¡qué curioso! es una angloamericana---, es la profesora Gail Bulman, que enseña obras de Raúl de Cárdenas y mías en la Universidad de Syracuse.

Naturalmente, no todo es negativo. Muchas personas han trabajado en la divulgación de nuestro teatro y de otras manifestaciones artísticas. José Escarpanter comenzó a estudiar esta dramaturgia y darle corpus cuando nadie lo hacía. Varios profesores universitarios han escrito trabajos muy importantes sobre el teatro y la literatura en el exilio o sobre determinado escritor, logrando cierta presencia de este teatro en las universidades. Matías Montes Huidobro publicó la obra de varios autores en su Editorial Persona. A Manuel Pereiras García con The Presbyter’s Peartree, le debemos la publicación de todas sus obras, las de Corrales y otros autores. El Dr. Armando González-Pérez editó y publicó una antología titulada Presencia negra: teatro cubano de la diáspora, con las obras de seis dramaturgos. González-Pérez, junto al profesor Jorge Febles, edita la revista universitaria Caribe, donde le dan cabida a la dramaturgia exiliada, de igual manera que lo hace Maricel Mayor Marzán en la revista Baquiana y Luís de la Paz en la revista cibernética El Ateje. El Círculo de Cultura Panamericano, en New Jersey y Miami, ha divulgado la literatura del exilio, incluyendo la dramaturgia, a través de conferencias, publicaciones en su revista Círculo y, hasta en puestas en escenas. A través de OLLANTAY publiqué la primera antología de teatro exiliado, en español, editada por Rine Leal. Otra, con una selección y una magnífica introducción de José Triana, agrupa a autores de la Isla y de la diáspora. OLLANTAY Theater Magazine ya tiene una bibliografía extensa sobre este teatro y sus creadores. Dos antologías aparecieron en inglés, una editada por Rodolfo Cortina; otra por Luís González-Cruz y Francesca Colecchia. Matías Montes Huidobro y Yara González Montes publicaron Dramaturgos, unos folletos dirigidos a ofrecernos un panorama de este fenómeno artístico. También dedicaron a la dramaturgia un volumen de Anales literarios. Para terminar, no puedo dejar atrás a esos extranjeros que, desinteresadamente, han hecho un gran esfuerzo por hacer conocer nuestro teatro. El primero es el español Moisés Pérez Coterillo que, durante las celebraciones del Quinto Centenario, edita una de aquellas famosas y elegantes antologías de teatro latinoamericano, la dedicada a Cuba, incluyendo a autores del exilio junto a los de la Isla. Cierto escándalo se armó en los medios oficialistas castristas y sus seguidores---del cual el exilio ni campanas oyó---que, según me dijo Coterillo en Caracas, un año antes de morir, le costó que en La Habana le dieran una mano de palos y que el embajador español tuviera que sacarlo hacia un hospital de Madrid. La otra persona es la alemana Heidrun Adler, que editó una antología en alemán (y un volumen en español, aparte) donde mezclaba a los autores de la Isla con los de la disgregación. A la par de la antología, editó un libro de ensayos sobre el teatro cubano, donde presentaba los temas vistos por investigadores de la llamada dos orillas. También en dos libros separados, uno en alemán y otro en español. Acontecimiento único en nuestra literatura, que ha sido completamente ignorado por nuestros teatristas e intelectuales exiliados.

Alguna divulgación se ha hecho a través del video, como el documental Raíces aéreas de Ernesto García. Felipe Nápoles filmó una serie de entrevistas a escritores y artistas de todos los géneros artísticos, varios de ellos ya desaparecidos. Ese completo trabajo---debido a las amplias entrevistas de Nápoles, una joya para la posteridad---, no ha logrado interés y un auspicio de los capitales cubanos y/o las universidades. Existe una importante misión de divulgación y conservación en la labor del Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami. Este valioso archivo está recopilando material que quedará para su estudio, dejando constancia de nuestra presencia en este exilio. Ustedes, en el ICRA están realizando una labor de rescate y divulgación de la dramaturgia cubana en forma coordinada y continua, como no habíamos visto antes.

¿De qué forma podemos ver tu participación?

Yo siempre, desde que comencé a hacer teatro o a difundir las artes, he estado consciente de la necesidad de introducir la creación de los exiliados en todos los foros posibles. En el Festival de Cádiz por poco me entran a pescozones; en otros lados me han ignorado por completo por llevar ese mensaje, por lo general no bien visto. Sin embargo, ha habido momentos y personas muy accesibles, como la alemana Heidrun Adler. Cuando la conocí, en un encuentro en Texas, me contó sobre las antologías de teatro latinoamericano que organizaba, le pedí que no obviara al teatro exiliado y el resultado es el que cuento más arriba.

En la revista OLLANTAY he publicado obras de muchos dramaturgos cubanos, en inglés y español, como, por ejemplo Nilo Cruz(,) cuando nadie lo conocía. He publicado dos antologías, en español, sobre autores de la diáspora, editadas por Rine Leal y José Triana. Me enorgullece haber comenzado la promoción entre un grupo de investigadores cubanos, en la cantidad que no teníamos, para que investigaran y escribieran sobre nuestra dramaturgia. La mayoría de esos trabajos constituyen una información valiosa que está en la revista OLLANTAY o en nuestros libros. Lo que no ha hecho ningún otro medio de forma organizada y constante. En el programa de teatro viajero de OLLANTAY Center for the Arts he montado varias obras de estos autores; igual en nuestra serie de lecturas dramatizadas, tanto de dramaturgos conocidos, como los de menos experiencia. Trato de impulsar el tema cada vez que me invitan a ofrecer una conferencia; por lo general, perjudicando a mi propia dramaturgia. En fin, mi preocupación de introducir este teatro y quienes lo hacen es una constante en mi vida.

¿Qué metas le faltan alcanzar al teatro y a las artes cubanas del exilio?

Reconocimiento y valorización por nuestra propia comunidad. Apoyo de nuestros capitalistas y políticos cubanos; al igual que de nuestros profesores en las universidades de los Estados Unidos y del resto del mundo. Muy importante, la creación de un corpus artístico y literario para que podamos comenzar a clasificarlo de acuerdo a su calidad, temática y otras particularidades.

Te has hecho de un nombre lo mismo en el teatro cubano que en el latinoamericano, eso ha sido a pesar de los prejuicios de algunos intelectuales hacia los artistas que vivimos fuera de Cuba. Ese prestigio te alcanza tanto como dramaturgo, promotor teatral y editor. ¿A qué crees que se debe esto?

Bueno, a mi esfuerzo y a la calidad de lo que presento. Fíjate en la revista OLLANTAY Theater Magazine, como un solo ejemplo. No se puede negar que su presentación y el material que presenta son de calidad. Además, a mi apertura a publicar y presentar trabajos de personas que no siempre comparten mi opinión artística y/o política; siempre y cuando el tema sea de teatro o literatura y tenga calidad.

¿Cómo te ves en la dramaturgia y que temas te inquietan?

No me quejo, no me ha ido mal como dramaturgo. Estoy abierto a todo tema, aunque frecuentemente suelo caer en el del destino que nos acosa; en cómo la realidad de la vida (familia, sociedad, castrismo, religión) influye en nuestras vidas. No me interesa atacar a Castro directamente; ese es un fenómeno pasajero, demore lo que demore. Me interesa en cómo ha repercutido en nuestras existencias. Me preocupo en crear personajes humanos trascendentales más que en las situaciones. Siempre hay sexualidad en mi dramaturgia.
Háblanos de Ollantay, su origen, objetivos y desarrollo.

Fundé a OLLANTAY Center for the Arts en 1977, con el propósito de difundir las artes y la literatura latinaestadounidense, claro, con énfasis en lo que hacen los cubanos. Nos convertimos en una organización primordial en la cultura de la ciudad de Nueva York, como éramos definidos oficialmente por el Departamento de Asuntos Culturales de la ciudad. Lamentablemente, después de más de treinta años, las cosas están cambiando con la crisis actual, amenazando con desaparecer a los grupos del país, de New York, como OLLANTAY. Hoy en día se necesita, más que nunca, del apoyo de las comunidades que servimos, tanto moral como económicamente.

¿Qué metas te faltan por alcanzar?

Muchas.

¿ Cómo te sientes al recibir el Premio René Ariza?

Muy contento porque este premio significa varias cosas, entre ellas, que, aunque no soy fundador del ICRA, esta es una organización que surge de aquel llamado que hice hace años---y que trajo una reacción negativa de ciertos elementos extremistas---de que era hora que surgiera un grupo dirigido a promover el teatro cubano exiliado. ICRA está constituido por una asociación de artistas con visión futurista y el resultado es extraordinario. Lo que ustedes están haciendo a través de las lecturas dramatizadas y la premiación a figuras que hacen posible este teatro, es un esfuerzo único, nunca hecho en estos cincuenta años. Esfuerzo que continúa creciendo. Recibir el premio de una organización como ésta, es un honor.

La entrega del Premio René Ariza 2008 a Pedro R. Monge Rafuls se realizará el jueves 6 de noviembre, a las 6 de la tarde, en el Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, 1300 Memorial Drive, Coral Gables.

Encuentro en el Centro Cultural Español.




LITERATURA
“Encuentro de la Cultura Cubana”, número 50
Encuentro de la Cultura Cubana en el Centro Cultural Espanol de Miami

Jueves, 6 de noviembre, 8pm.
En el CCE. Entrada gratuita
cce@ccemiami.org. Info: 305 448 9677


La revista “Encuentro de la Cultura Cubana” llega a su número cincuenta y celebra la efeméride en el CCE. En los últimos 12 años “Encuentro” se ha convertido en estandarte de la cultura y creatividad cubanas. Este número mítico viene dedicado a algunos de los principales representantes de la cubanidad en el exilio. Entre ellos fi guran Paquito d’Rivera, Roberto González Echevarría, Gustavo Pérez Firmat, Antonio José Ponte y Pablo Díaz, que serán parte de la celebración.